Estamos celebrando Halloween en nuestro colegio. El profesorado de Inglés os invita a conocer el ricón de Halloween. Aquí podéis verlo... Esperamos que os guste.
El Centro TIC nos ofrece en su sección RECURSOS una actividad interactiva sobre una de las tradiciones más famosas de la cultura anglosajona:
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En la protección contra incendios, los extintores de agua ocupan un lugar esencial por su sencillez y eficacia frente a fuegos de materiales sólidos. Como responsables de seguridad —tanto en centros educativos como en negocios, hogares o cualquier espacio público— debemos entender qué aportan, sus limitaciones y cómo integrarlos en un plan de autoprotección serio.
Los extintores de agua son equipos portátiles que contienen agua con aditivos y se encuentran presurizados (habitualmente con nitrógeno o dióxido de carbono). Su capacidad extintora se basa en dos mecanismos complementarios: por un lado, la función refrigerante —el agua absorbe calor y reduce la temperatura del material en combustión—; por otro lado, la generación de vapor durante la ebullición desplaza el oxígeno y ayuda a sofocar la llama.
Gracias a estas propiedades, son especialmente eficaces contra incendios de Clase A —maderas, papel, textiles, cartones— y, con prudencia y en formulaciones concretas, pueden colaborar en ciertos fuegos de líquidos no altamente inflamables. No obstante, no son adecuados donde exista riesgo eléctrico activo.
A modo de referencia y compra técnica, si necesitamos adquirir unidades homologadas y con las garantías de uso, es importante fijarse en productos certificados como extintores de agua, que combinan agua y aditivos AFFF para mejorar su rendimiento en situaciones reales.
En nuestro análisis práctico, los extintores de agua están pensados para:
Subrayamos: nunca deben emplearse sobre equipos eléctricos conectados, ya que el agua conduce electricidad y puede agravar el riesgo. Para entornos con instalaciones eléctricas activas, hay que recurrir a extintores específicos (CO₂, polvo ABC, o espuma, según el caso).
Los extintores de agua presentan ventajas notables: su agente extintor es no tóxico, inodoro y biodegradable. A diferencia del polvo, que deja residuos y requiere limpieza compleja, el agua y sus aditivos dejan un rastro mínimo y no generan sustancias peligrosas tras su uso. Además, su acción refrigerante reduce la probabilidad de reignición: dejar brasas «selladas» y frías es la ventaja preventiva que todo responsable debe valorar.
Para centros educativos y hogares, donde la seguridad de personas vulnerables es prioritaria, esta combinación de eficacia y bajo impacto se traduce en una opción responsable y sostenible.
Contar con extintores resulta insuficiente si no están visibles, señalizados y accesibles. Recomendamos:
Asimismo, es conveniente combinar distintos tipos de extintores en un mismo recinto: agua para sólidos, espuma o polvo para líquidos, CO₂ para riesgos eléctricos. De este modo, el primer interviniente siempre tendrá la herramienta adecuada.
Si buscamos proveedores con catálogo amplio y asesoramiento, también podemos consultar la oferta general de extintores, donde encontrar modelos y accesorios certificados.
Un extintor fuera de servicio es un riesgo añadido. Por eso, el mantenimiento riguroso es innegociable. Debemos implementar un programa que contemple:
Estos trabajos deben realizarlos personal formado: el fabricante, empresas mantenedoras autorizadas o personal interno debidamente capacitado. La documentación de cada intervención ha de conservarse y mostrarse disponible para auditorías y seguros.
Poseer extintores no es suficiente sin entrenamiento: nuestro objetivo es que todo ocupante sepa qué hacer y qué no hacer. Las claves son:
La prevención humana es tan determinante como la técnica: una intervención rápida y formada evita tragedias y reduce daños materiales.
En España, la normativa sobre protección contra incendios y equipos a presión impone obligaciones que varían según la actividad y el uso del edificio. Entre los estándares a considerar figura la mencionada UNE 23120 (programa de mantenimiento), además del Reglamento de Equipos a Presión para inspecciones periódicas. Para responsabilidades legales y de seguros, es imprescindible que los extintores sean homologados y que el mantenimiento quede documentado.
Para ampliar información técnica y comparativas sobre modelos y normativa aplicable, existen recursos especializados con guías y fichas que conviene consultar antes de decidir la compra o el plan de mantenimiento. Un buen repositorio técnico y comparativo es este blog sobre extintores, que reúne análisis y recomendaciones prácticas.
Como responsables de seguridad, proponemos un checklist que garantice una protección eficaz:
Por lo tanto, los extintores de agua no son una opción estética ni un gasto prescindible: son una herramienta preventiva con beneficios tangibles para centros educativos, negocios, hogares y cualquier espacio donde se concentren personas o bienes. Debemos integrarlos en una política de autoprotección coherente, combinarlos con otros agentes cuando el riesgo lo exija, mantenerlos y formar a quienes van a utilizarlos.
Si actuamos con rigor y previsión, convertimos la inversión en extintores en tranquilidad, en cumplimiento normativo y, sobre todo, en vidas y patrimonio salvados.
El aprovechamiento del dióxido de carbono (CO2) como materia prima se ha convertido en una herramienta clave para frenar el cambio climático y promover una industria más sostenible. Este gas, tradicionalmente considerado un residuo contaminante, está encontrando nuevas aplicaciones que no solo permiten reducir emisiones, sino que también generan valor añadido en múltiples sectores industriales. Desde su uso como disolvente ecológico hasta su incorporación en procesos de fabricación, el CO2 está revolucionando el panorama productivo a nivel global.
La reutilización de CO2 ofrece beneficios ambientales y económicos, sustituyendo disolventes orgánicos tóxicos y reduciendo la dependencia de derivados del petróleo. Plantas como Altex, desarrollada por Ainia Centro Tecnológico en Valencia, han logrado implementar sistemas pioneros que utilizan CO2 en estado supercrítico para extraer sustancias activas, desgrasar cacao, eliminar pesticidas del arroz y obtener aceites esenciales para cosmética y farmacia. Esta tecnología minimiza los residuos, evita trazas contaminantes y disminuye los riesgos laborales asociados al uso de disolventes inflamables.
El CO2 se utiliza en extintores de incendios, uno de los usos más conocidos y efectivos de este gas en materia de seguridad. Los extintores de CO2 son esenciales para sofocar incendios eléctricos o de líquidos inflamables, ya que desplazan el oxígeno del entorno y enfrían el área afectada sin dejar residuos. Este tipo de extintor es una herramienta imprescindible en oficinas, laboratorios, centros de datos y plantas industriales donde se manipulan equipos eléctricos sensibles, consolidándose como un símbolo de seguridad y prevención.
La creciente demanda de soluciones sostenibles ha impulsado la aparición de proveedores especializados en extintores madrid, quienes están incorporando tecnologías basadas en CO2 capturado de procesos industriales para cargar sus dispositivos. Este enfoque fomenta la economía circular, reduce la producción de CO2 nuevo y optimiza el aprovechamiento de emisiones existentes, alineándose con las políticas de descarbonización de la Unión Europea. Además, contribuye a fortalecer la industria local y generar empleos verdes orientados a la seguridad contra incendios.
En entornos donde la protección contra incendios es prioritaria, el extintor 6 kg se ha consolidado como el formato estándar por su versatilidad y eficacia. Este modelo, que puede contener polvo ABC o CO2, es adecuado para una amplia gama de riesgos y espacios de tamaño medio, garantizando una intervención rápida y segura en caso de conato de incendio. Integrar dispositivos cargados con CO2 reciclado permite a las empresas cumplir normativas de seguridad al tiempo que reducen su huella de carbono, demostrando que sostenibilidad y prevención pueden ir de la mano.
Además de los extintores, los sistemas fijos de protección contra incendios incluyen las Bocas de Incendio Equipadas (BIES), elementos esenciales en la primera respuesta ante un fuego. las bies pueden ser de dos tipos: de 25 mm, que permiten una maniobrabilidad sencilla y son aptas para personal no especializado, y de 45 mm, diseñadas para un uso profesional con mayor caudal y alcance. Estas instalaciones funcionan con agua a presión y actúan de forma complementaria a los extintores de CO2, ofreciendo una protección integral en edificios industriales, comerciales y residenciales.
Diversos proyectos de I+D como CO2Funnels, Sigma, VIDA, Sost-CO2 o BioSOS están impulsando la transición del laboratorio a la escala industrial. Estas iniciativas desarrollan tecnologías para capturar CO2 directamente de emisiones industriales, separarlo mediante procesos de ionización y magnetismo, y reutilizarlo como materia prima en otros procesos. La integración de estas soluciones en plantas de generación eléctrica, fábricas químicas o centros de tratamiento de aguas permitiría sustituir reactivos contaminantes como el ácido sulfúrico o el hipoclorito, reduciendo costes y riesgos ambientales.
El informe “Usos del CO2. Un camino hacia la sostenibilidad” de la Plataforma Tecnológica Española del CO2 (PTECO2) destaca un amplio abanico de aplicaciones actuales y futuras de este gas:
Seguridad: en extintores y sistemas de supresión de incendios.
Medio supercrítico: como disolvente verde en procesos de extracción y descontaminación.
Alimentación: para carbonatar bebidas, conservar alimentos y extraer cafeína o aceites esenciales.
Invernaderos: favoreciendo la fotosíntesis y el crecimiento vegetal.
Nuevos materiales: como reactivo en la síntesis de policarbonatos.
Medicina: en procedimientos quirúrgicos, manipulación de órganos artificiales y producción de fármacos.
Energía: para producir hidrocarburos líquidos a partir de CO2 y vapor de agua usando energía solar.
Limpieza industrial: sustituyendo disolventes en limpieza en seco.
Tratamiento de aguas: como acidificante en aguas residuales.
Electrónica: para enfriar componentes y limpiar piezas sin solventes orgánicos.
Aunque el potencial del CO2 reciclado es enorme, todavía existe una brecha entre la cantidad de emisiones generadas y la capacidad industrial para reutilizarlas. La integración de plantas de captura en industrias dispersas requiere inversiones, infraestructura y normativas claras que incentiven su implementación. Sin embargo, el avance de estas tecnologías y su sinergia con sistemas de seguridad como extintores y BIES demuestra que es posible construir un modelo industrial que priorice la sostenibilidad, la eficiencia energética y la seguridad.
La transformación del CO2 en materia prima representa una oportunidad única para reconfigurar los procesos industriales, reducir emisiones y fortalecer la seguridad en todo tipo de instalaciones. Desde los extintores de CO2 hasta los sistemas de BIES, pasando por aplicaciones en alimentación, cosmética, medicina y energía, este gas está dejando de ser un problema ambiental para convertirse en un recurso valioso. Apostar por su reutilización significa avanzar hacia un futuro donde innovación, prevención y sostenibilidad se integran en un mismo propósito.